El Papa Benedicto XVI regaló a los Obispos que participaron en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, un retablo de arte cuzqueño, pintado a mano por el artista peruano Eduardo Velásquez. Se trata de una verdadera catequesis en imágenes. Una imagen que acompañará la gran misión continental que toda la Iglesia llevará adelante en América.
Cada detalle del triptico está lleno de belleza y simbolismo, siendo la tónica de todo el conjunto, fundamentalmente bíblica. Esta forma de presentar “el Evangelio” es muy antigua en la Iglesia. Ya desde el s. XV circulaba la llamada “Biblia Pauperum” o “Biblia de los pobres” que era una edición popular de textos bíblicos acompañados con muchas imágenes que iban enseñando sobre los misterios de la vida del Señor.
El tríptico resalta que la vida de la Iglesia del nuevo continente, fiel al amor de Cristo Resucitado, tiene hombres y mujeres Obispos, Consagrados, laicos y laicas, que han vivido las virtudes de forma heroica, siendo testimonios de santidad. De esta forma, Santo Toribio, Santa Rosa, San Juan Diego y muchos otros Santos latinoamericanos guían con el ejemplo de sus vidas a ser verdaderos discípulos misioneros en este tiempo, “para que los pueblos en Él, tengan vida”.
El retablo es un signo de la misión continental que debe llegar a cada hogar, comunidad y Parroquia, para recordar que la vida se origina en Jesús resucitado, que todos los católicos son discípulos misioneros del Señor y que, con la fuerza de su Espíritu, deben evangelizar a tiempo y a destiempo, empezando por sus hogares.
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